Abre/Mirada: Venían a buscarme – Identidad arrebatada.

Por Marisol Aguila Bettancourt

Álvaro de la Barra nació un mes antes del golpe de Estado mientras sus padres Alejandro de la Barra y Ana María Puga, ambos militantes del MIR, vivían en la clandestinidad y debió salir al exilio a París con apenas un año y medio de vida, viajando solo, encargado a una azafata y con un canasto de pañales, luego de que los acribillaran cuando iban a buscarlo al jardín infantil. La tarde de la emboscada, que fue parte de una operación de la DINA de exterminación de los militantes revolucionarios, los niños se fueron yendo uno a uno, pero a Álvaro nunca lo fueron a buscar.

“Venían a buscarme” es un documental autobiográfico del director, productor, fotógrafo e historiador Álvaro de la Barra, que es una suerte de road movie –como él mismo lo describe que transcurre en Paris, Caracas, Santiago y Valdivia y relata su recorrido físico y emocional de indagación identitaria, tras volver a Chile a conocer quiénes eran su padre y, especialmente, su madre (de quien tenía menos información), que con sus ojos de niño veía como héroes de la resistencia a la dictadura.

La recuperación vía legal de sus apellidos legítimos (hasta sus 32 años tuvo los de una secretaria de su tío que lo había inscrito como si fuera su hijo) impulsó a de la Barra a documentar el proceso de investigación sobre su origen, el que se convirtió en un tabú mientras vivía en Venezuela con su tío/padre Pablo, hermano de Alejandro, que se hizo cargo de su crianza trasladando el miedo a la represión de la dictadura más allá de las fronteras de Chile. 

Por el lado paterno, el director pertenece a una familia de artistas: su abuelo Pedro era dramaturgo y fue el mítico fundador del Teatro Experimental de la Universidad de Chile; su tío Pablo es cineasta y director de la película “Queridos compañeros”, que fue rodada en 1973 y se vio interrumpida por el quiebre democrático; y su otro tío, Leonardo, hizo tomas inéditas del 11 de septiembre apenas ocurrido el golpe. “Venían a buscarme” los homenajea al incluir imágenes que Leonardo capturó de La Moneda todavía humeante y escenas de la película que Pablo pudo rescatar en imágenes, pero no en audio, por lo que posteriormente en Venezuela debió rehacer la pista de diálogos. El realizador cuenta con los derechos de esta película ícono de la dictadura que no ha sido estrenada en Chile y trabaja en su restauración para tener una mejor copia que la que hoy existe y poder exhibirla en el país.

“Queridos compañeros” se convirtió para el joven de la Barra en una fuente de imágenes con las que construyó recuerdos que no tenía de sus padres revolucionarios, como si ellos fueran los protagonistas de la historia. Al igual como hizo con las pocas fotografías que pudo ir recuperando en el camino, que comenzaron a formar parte de su memoria. Como la imagen de la ventana que cree recordar, que puede ser del segundo piso del jardín infantil, tal vez del día del homicidio de sus padres cuando se quedó mucho rato esperando a que lo fueran a buscar y que pudo haber constituido un trauma infantil. O puede ser que esa imagen sea de otro día, uno en que haya sido muy feliz y que por eso la recuerde. Aunque no conoce la naturaleza de esa imagen/recuerdo, definitivamente es parte de su imaginario.

Las imágenes han formado parte de su vida desde pequeño. “Venían a buscarme” es una película que de la Barra siempre supo que iba a hacer: aprendió a hacer cine con su tío Pablo en Venezuela cuando trabajaba ayudándolo a los 10 años y ya a los 16 años escribió un guión para un corto de ficción (que volvió a encontrar cuando estaba terminando la película), que aunque tiene un planteamiento ficcionado, cuenta con los elementos principales de lo que terminó siendo la película. 

Pablo de la Barra ya había perdido a su hermano y cuñada, y en Caracas se hizo cargo de su padre Pedro, que tras el golpe se fue al exilio y al bajarse del barco se enteró del asesinato de su hijo Alejandro en Chile. Desde ese momento enfermó y Pablo y su sobrino/hijo Álvaro se trasladaron de Paris a Caracas para cuidarlo en sus últimos años de vida. Justamente, el próximo proyecto fílmico del director será uno sobre su abuelo Pedro de la Barra (que nombra un teatro en Antofagasta donde, con una fuerte carga simbólica, se exhibió el documental), con el cual Álvaro jugaba de niño y cuyos restos acompañó para enterrarlo en Chile cuando vino por primera vez a sus 17 años y ya en democracia.

Los ideales políticos y sociales por los cuales sus padres lucharon y encontraron la muerte en dictadura, quedaron definitivamente cuestionados en el Chile con el que de la Barra se encontró  cuando volvió al país, en búsqueda de la identidad que le fue arrebata con la emboscada. El Chile que desde el exilio le habían formaron como ideal, ya no estaba. Entonces comienza su choque en las tres aristas de su investigación: su padre, su madre y Chile, que sin que sea un personaje en la película, también es parte de su búsqueda y quizás sea lo más contradictorio con la imagen que de él tenía el realizador. En definitiva, sin que el director haya querido inicialmente plantearlo como  un personaje, Chile se convierte en uno porque también termina volviéndose parte de su búsqueda de identidad.

Álvaro de la Barra, que se autodefine como un venezolano nacido en Chile, tiene más edad hoy de la que tenían sus padres cuando los asesinaron y con “Venían a buscarme” entrega un valioso testimonio personal sobre su identidad arrebatada, que además forma parte de la memoria colectiva e histórica de un Chile que también perdió una identidad que sus padres y tantos otros creyeron que podrían llegar a construir.- 

Ficha.

Dirección, guión y producción ejecutiva: Álvaro de la Barra. 

Fotografía: Carlos Vásquez, Inti Briones. 

Montaje: Martín Sappia, Sebastián Sepúlveda. 

Sonido: Roberto Espinoza.

Venian_a_Buscarme_AFICHE_BAJA

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=ET_0UHgVMbk&w=560&h=315]

Marisol Aguila