Reseña: A Febre – Comprender el cuerpo

La Fiebre, como película, invita a entender una situación, no sólo percatarnos de un problema; comprenderlo para sanarlo.

Se escuchan grillos y uno que otro pájaro. Los típicos sonidos nocturnos del bosque o una selva aparecen en los primeros segundos, hasta la irrupción en pantalla de un hombre en plano medio, vestido con chaleco y casco de seguridad. Los ruidos nocturnos continúan. La cámara, lentamente, se aleja del hombre, mientras éste parece luchar por mantenerse despierto. Los grillos siguen sonando a medida que se suman, al parecer, ruidos de autos y maquinarias. Como si la “naturaleza” tratase de mantenerse en el ambiente sonoro.

Así comienza La Fiebre, el premiado y aplaudido primer largometraje de Maya Weneck Da-Rin, que después de varios cortometrajes y documentales, debuta con una historia muy bien recibida en el Festival de Locarno 2019 (llevándose el premio a Mejor Actor), y que ha sido recientemente reconocida en el FEMCINE 10, y destacada en MUBI como parte del Nuevo cine Brasileño.

El hombre que aparece al principio es Justino (Regis Myrupu) que, además de trabajar como guardia en el puerto de Manaos, es un nativo Desana, etnia oriunda del Amazonas. Este hombre, de unos cuarenta y tantos, enviudado hace muy poco, vive con su hija Vanessa (Rosa Peixoto) que trabaja como enfermera y que ha sido becada para estudiar medicina en Brasilia. Un deseo de ella, pero a la vez el gatillante de problemas físicos para su padre: una fiebre intermitente comienza a afectar, desde ese preciso momento, a Justino.

La fiebre, como síntoma, es signo de una enfermedad. Es la forma que tiene nuestro cuerpo de manifestarnos que “algo anda mal”. ¿Pero qué sería esa enfermedad que afecta a Justino?

Que Justino, su hija, y otros personajes que van apareciendo durante la historia sean nativos amazónicos no es sólo una aparente respuesta al racismo que se ha manifestado el último tiempo, con Bolsonaro como principal exponente en este rincón del mundo, sino también es un acercamiento a elementos más ancestrales de lo humano. El desarrollo espiritual de pueblos que por siglos han definido su cosmovisión y que, con el paso del tiempo, otros han olvidado. Incluso, ellos mismos.

La manifestación de lo trascendental en el cuerpo físico (de Justino) o en el ambiente (el animal del bosque) no es suficiente para la directora Da-Rin. No basta con ver; también es necesario entender.

Que la hija del protagonista, también descendiente indígena, trabaje y quiera comprender el cuerpo a través de la medicina, es un símbolo de respeto y conservación. Que la misma película se tome momentos para ser hablada en otros lenguajes, también lo es. Lo ancestral, desde dónde se proviene, se manifiesta en un plano general donde una parte del bosque/selva, aún “vive” bajo la sobrepoblada ciudad. Altos edificios que parecen olvidar los árboles y la tierra que les permitió elevarse.

La Fiebre, como película, invita a entender una situación y  no sólo percatarnos de un problema. Comprenderlo para sanarlo. Y así recuperar la temperatura que el cuerpo necesita para seguir, ya que si no le prestamos atención, tal como el sonido de los grillos en la noche, el organismo buscará la forma de llamarnos la atención.

Ficha de A Febre.

Director: Maya Weneck Da-Rin.

Guion: Pedro Cesarino, Maya Werneck Da-Rin, Miguel Seabra Lopes.

Fotografía: Barbara Alvarez.

Elenco: Regis Myrupu, Rosa Peixoto.

AleAravena

Publicista porque quería hacer comerciales ya que era lo más cerca a hacer cine, sin estudiarlo y morir de hambre.