La regla del humor es una: ser chistoso. Booksmart es una comedia adolescente muy actual, que aborda desde lo típico (drogas, alcohol, sexo) hasta lo contingente (feminismo), y de todo hace un chiste. Porque se puede. Porque si es chistoso, funciona.
Hacer reír en tiempos donde cada chiste avanza pisando huevos, con una extrema cautela, no es tan fácil saber qué va a hacer reír y qué no.
Quizás, en el historial de las comedias, sobretodo de las más exitosas de los últimos años, presentar a personajes queribles, empáticos y reconocibles, facilita reírnos de ellos y, si se quiere, de nosotros mismos.
Esa es la fórmula de Booksmart (La noche de las nerds), una comedia que cumple con todo lo que se le puede exigir a una: ser chistosa y tener personajes que lo sean.

Amy (Kaitlyn Dever) y Molly (Beanie Feldstein), binomio de amistad y las mateas del curso, durante el día previo a graduarse del colegio se les revela una verdad que derrumba la fórmula que por años, y quizás de toda su vida escolar, vieron como único camino al éxito universitario y adulto: pasar más horas en la biblioteca que en fiestas. Y no, no era la única forma. Sus compañeros, quienes disfrutaron todos los placeres que la adolescencia demanda, también asistirán a Stanford, Harvard o empezarán como desarrolladores en Google. Así que Amy y Molly deciden hacer en una noche lo que sus compañeros hicieron por años: beber, drogarse y lanzarse hacia esos amores platónicos que sus cuadernos bloquearon.
Existen algunas revelaciones en Booksmart que le han valido excelentes críticas desde su estreno.

La película tiene una fluidez y naturalidad que a muchos hizo recordar algunos neo clásicos como Superbad (Supercool) y otras derivadas de Jud Apatow. Pero en Booksmart está una debutante tras la cámara: Olivia Wilde (Dr. House). Su mejor trabajo aquí es lograr transmitir la complicidad exquisita entre las protagonistas y la frescura de cada personaje frente a la cámara.
Si todo aquello se logra porque tenemos a una mujer dirigiendo a un par de adolescentes, no lo sé, pero ya vimos en Lady Bird lo que significa una conversación entre chicas a través de la cámara.
Beanie Feldstein es una iluminación. La “hermana de Jonah Hill” ya había llamado la atención en la película de Greta Gerwig, pero ahora con más tiempo en pantalla y extendiendo sus expresiones dramáticas y cómicas, toma el carril que fue dejando Melissa McCarthy con los años.
La regla del humor es una: ser chistoso. Booksmart es una comedia adolescente muy actual, que aborda desde lo típico (drogas, alcohol, sexo) hasta lo contingente (feminismo), y de todo hace un chiste. Porque se puede. Porque si es chistoso, funciona. Aunque tiene un seudo discurso sobre no apegarse en extremo a las fórmulas, lo que más importa acá es que podamos reírnos y pasarlo bien, sin mirar a quien.

“Sabes que para ser grandiosa se requieren sacrificios” le dice una grabación motivacional a Molly en su pieza, al principio de la película. “Que la universidad no los cambie, mierda” dice ella misma hacia el final del filme. Porque no hay fórmulas ni recetas exactas, ni para la vida, ni para el cine, ni para hacer reír. Para esto último, sólo hay que ser chistoso.
Booksmart lo es.
Reseña de Booksmart (La noche de las nerds)
Dirección: Olivia Wilde.
Guion: Emily Halpern, Sarah Haskins, Katie Silberman.
Música: Dan Nakamura.
Fotografía: Jason McCormick.
Reparto: Kaitlyn Dever, Beanie Feldstein, Lisa Kudrow, Jason Sudeikis, Jessica Williams,Will Forte, Mike O’Brien, Molly Gordon, Billie Lourd, Skyler Gisondo, Noah Galvin,Diana Silvers, Mason Gooding, Victoria Ruesga, Austin Crute, Eduardo Franco,Nico Hiraga.
