
Master of None en su tercera temporada llamada “Moments in Love” se construye sobre la idea de las piedras y hoyos que hay en el camino del amor. Esos agujeros por los que pasa el hilo de las relaciones.
En la serie Merlí (Netflix), el profesor de filosofía le enseña a sus alumnos escolares sobre diferentes pensamientos, junto a los filósofos que los plantearon a través de la historia. En uno de los capítulos, el profesor habla sobre el esloveno Slavoj Zizek, el cuál plantea, según el profesor, que “para estar en este mundo, tenemos que aceptar su basura, ya que nunca desaparece: viene y va. Es lo mismo con el amor: para amar de verdad, hay que hacerlo apreciando la basura del ser amado. No hacerlo implica una idealización de lo amado sin ver lo real”.
Master of None en su tercera temporada llamada “Moments in Love” se construye sobre la idea de las piedras y hoyos que hay en el camino del amor. Esos agujeros por los que pasa el hilo de las relaciones. Y es que como en tantas producciones que buscan alejarse de las convenciones del amor romántico como hegemonía del mismo, el asunto acá es retratar las complicaciones, “la basura” de Zizek. Es ver la realidad, el “amor” verdadero.
A diferencia de la primera y segunda temporada, Aziz Ansari, quien era protagonista de las primeras entregas, decide quedarse tras la cámara y poner el lente en una historia que deja atrás los vaivenes de la soltería para centrarse en los altibajos de una relación “establecida”. Las protagonistas son Denise (Lena Waithe) y Alicia (Naomi Ackie). La primera, amiga de Dev (Aziz Ansari), es una escritora en proceso de su segundo libro luego del éxito de su opera prima. Alicia, esposa de Denise, trabaja en un tienda de antigüedades. Ambas viven a las afueras de Nueva York, en un ambiente muy rural y tranquilo, donde habitan en lo que es el tercer personaje dentro de esta historia: la casa de campo.
En 5 capítulos, de diferentes duraciones (algunos de 20 minutos y otros de casi una hora), Master Of None “Moments in Love” muestra la relación de un matrimonio a través de las costuras y grietas que conforman el binomio. Los cálidos momentos de convivencia, las risas cómplices por cualquier tontera, la comunicación no verbal, pero también, los lugares grises. Los oscuros. Las decisiones profundas en conjunto, como la de tener un hijo, son la suma en la construcción de la relación. La mayoría de los momentos que vive la pareja son dentro o en el entorno de la casa: el espacio donde son un sistema, una sola cosa.
No es gratuito, y por lo mismo muy bien desarrollado, que la decoración del hogar (que como ya se mencionó, es el trabajo de Alicia) sea una clave de la narrativa de la historia. Elegir un objeto y el lugar que utiliza en el espacio es lo que queremos construir: el hogar. Pero, así como Zizek habla de “ver la belleza en la basura”, el hogar también se decora con los problemas. La cámara va construyendo esta lectura. La mayoría de las tomas al interior de la casa son amplias, de gran angular, para sentir el ambiente, sus elementos y cómo los personajes los utilizan. Ellos también son una decoración dentro de la historia.
Cuando la pareja vive una situación dramática que las lleva, a cada una, a contextos distintos, la casa también cambia. Lo siguiente es un spoiler sobre el final de la temporada. Queda la advertencia.
En un arranque de sus vidas actuales después de terminar, Denise y Alicia regresan a la casa de campo que compartieron. Ahora tiene otros dueños, quienes la arriendan a través del sistema Airbnb. Cuando entran, hay otros sillones, cambiaron los cuadros, las piezas son distintas. El ahora ex matrimonio está en su vieja casa. Cada una con sus relaciones y familias fuera de ese espacio. Se sienten extrañas y recuerdan los momentos vividos, sabiendo que eso quedó atrás y que ahora están disfrutando ese instante, ya habiendo visto la basura que sacaron.