Piola – Más o menos bien

Piola es lo cinematográfico de un concepto y un estado: cuando se está más o menos bien, ni viviendo el mejor momento, ni tocando fondo en un hoyo. Estar piola. Un concepto que parece no decir nada cuando es la respuesta ante la pregunta “¿cómo estai?”, pero que refleja un ánimo de incertidumbre cuando la vida no presenta convicciones ni un rumbo claro.

La etapa en que los niños se encaminan hacia la adultez, la pubertad, o también señalada como la edad del pavo, es cuando se comienza a conseguir paulatinamente mayor autonomía e independencia y desarrollo individual. Es un proceso, un viaje, un tránsito hacia otra etapa, y como todo trayecto, no se está en un lugar, sino en varios a la vez.

Piola, primer largometraje de Luis Alejandro Pérez, es lo cinematográfico de un concepto y un estado: cuando se está más o menos bien, ni viviendo el mejor momento, ni tocando fondo en un hoyo. Estar piola. Un concepto que parece no decir nada cuando es la respuesta ante la pregunta “¿cómo estai?”, pero que refleja un ánimo de incertidumbre cuando la vida no presenta convicciones ni un rumbo claro.

Con un desarrollo coral, Piola presenta 3 historias que en el desarrollo se van entrelazando: Martín tiene un solo interés en su corta vida, el rap, algo que no comprende ni su profesora ni el director de su colegio, ni sus padres que le viven llamando la atención por su desinterés con (casi) todo. El tema es que por último “busque un trabajo para ayudar en la casa”. En paralelo está el amigo y compañero de rimas de Martín, Charlie, quien parece hacer todo a medias: empleado errático en un local de comida rápida que odia, y padre ausente de un hijo que poco y nada ve. Y cuando lo hace, es regañado por la madre que no necesita “de lo poco de plata que (Charlie) le lleva”. Y por último está Sol, una chica a la que todo se le va de las manos: no logra un buen rendimiento como arquera en el equipo de fútbol femenino del colegio, tampoco concreta una relación “seria” con su  amante, un (ya adulto) tatuador; y como guinda de la torta, su mascota, una tierna bóxer llamada Canela, escapa del hogar.

Historias de adolescentes ensimismados en dilemas pasajeros para algunos, impulsados por deseos inmediatos o sueños “irreales”, para otros. Así son vistos, en especial, por los adultos en cada relato.

Uno de los temas planteados en Piola, es la eterna distancia entre las problemáticas de la adolescencia, y la desconexión o desinterés que los adultos tienen con ellos. A veces muy ocupados para prestarles atención, en otras muy cansados para escucharlos, o simplemente, desconexión total. Los padres, profesores y jefes en las historias de Martín, Charlie y Sol están constantemente reprimiendo, expulsando, censurando, castigando y regañando. Quizás la madre de Sol es la única que argumenta, dialoga y se presenta ante su hija sin el interés del conflicto, pero que el contexto termina llevándola a la discusión inevitable. Aquí, el enemigo es quien no permite hablar, el que juzga y castiga, que a la vista de la juventud, siempre es el mayor “que no cacha”.

En este retrato del navegar adolescente, hay otro personaje que complementa el argumento: Quilicura, una comuna que alberga desde condominios, comercios, fábricas, hasta robos, asesinatos, y baldíos en los que lo único que se cosecha son televisores y pistolas cargadas. Es un gran logro de la producción el retrato de un sector tan periférico, abriendo la cancha cinematográfica a la región, donde Santiago (la comuna) parecía tener el monopolio del lente en nuestra historia fílmica.

Piola es como muchas películas que retratan los dilemas de la adolescencia, ahí donde está, por ejemplo, Kids (1995) de Larry Clark. También es como tantas historias corales, como Amores Perros (2000) de Alejandro González Iñárritu. Pero es como pocas en su búsqueda de plasmar un estado tan personal y colectivo de estar “más o menos bien”, de utilizar historias y etapas en la vida de personas que padecen de este estado, y de presentarlo al interior de un espacio coherente, querible y comprensible.

 

Piola está disponible en Netflix

Ficha de Piola.

Director: Luis Alejandro Pérez.

Guion: Luis Alejandro Pérez.

Fotografía: Simón Kaulen.

Elenco: Max Salgado, René Miranda, Alejandro Trejo, Ignacia Uribe, Javier Castillo, Steevens Benjamin, Andrés Rebolledo, Paula Zúñiga.

AleAravena

Publicista porque quería hacer comerciales ya que era lo más cerca a hacer cine, sin estudiarlo y morir de hambre.