Reseña: 1917 – Abrir los ojos

En las primeras páginas de Adiós a las armas, la novela de Ernest Hemingway basada en sus años como soldado en la Primera Guerra Mundial, se describe un contexto muy similar a lo que vemos en 1917: la naturaleza, prados, llanuras, árboles y ríos, decoran la constante y amarga espera de saber qué hacer, dónde ir, cuándo disparar y replegarse.

En un campo al norte de Francia, en pleno apogeo de la Primera Guerra Mundial, dos soldados británicos son encomendados en un misión, literalmente, contra el tiempo: deben informar al 2do Batallón de Devonshire, a kilómetros de distancia, que el ataque que este batallón tenía preparado contra los alemanes, ha sido previsto por el enemigo elaborando una táctica en respuesta. Tan compleja tarea se le ha designado a los soldados Schofield y Blake, comprometiendo al segundo en un nivel más personal: su hermano mayor se encuentra en el 2do Batallón.

Comprendiendo que la historia narrada por Sam Mendes en esta película nace de un episodio real, vivido y contado por el abuelo del director británico, entendiendo que la recreación absoluta del contexto es parte de la historia del cine bélico, la utilización del montaje a través del plano secuencia sin cortes era lo más idóneo para plasmar una anécdota sobre avanzar sin detenerse, sin respiro.

Pero a veces, una historia pequeña, una anécdota en un contexto lleno de ellas, puede albergar más que la artificialidad dice mostrar. 

Vemos una extensa llanura, mientras la cámara avanza hacia nosotros, entran en el plano los soldados que parecen descansar de alguna batalla o de la sobre vivencia de la guerra. Estos son interrumpidos ya que deben atender a una misión que se les tiene preparada. De ahí en adelante, desaparece la quietud en la que los vimos hace unos minutos. Sólo hasta el final, la calma llega, después de la travesía, para volver al estado inicial, al de los primeros segundos.

1917 parece contar una historia increíble, que merece ser vista, sin incluso desviar la mirada, pero también es un relato que finaliza de la misma forma que inicia, quitando lo imprevisto a un relato extraordinario, quizás por lo mismo: aquí, en la guerra, los imprevistos no son más que rutina. 

La anécdota, la historia sorprendente, en los primeros y últimos minutos, se transforma en una más de las miles que han vivido quienes sobrevivieron a la guerra y pudieron contarlas. Y ahí, el plano se abre y se rompe, y nos invita a ver más allá, hacia el fondo del encuadre para imaginar los otros hechos que están surgiendo, tan extraordinarios como éste.

El leitmotiv.

Dunkirk de Christopher Nolan es una de las más recientes y comentadas películas bélicas que hemos visto en la pantalla. Dentro de su gran desplante técnico, en el que también se puede sumar 1917, existía un sello narrativo muy Nolan: el leitmotiv, elemento originalmente sonoro que se repite y desarrolla a través de una composición. En el caso de Dunkirk, ese ingrediente fue el tic-toc de un reloj que se mantenía durante todo el metraje. También lo utilizó en Inception con la construcción de toda la banda sonora por parte de Hans Zimmer a partir de la canción Non, Je Ne Regrette Rien de Edith Piaf.

En 1917, Sam Mendes se hizo de esta herramienta para marcar ritmos y “respiros” en diferentes escenas. De comienzo a fin, los árboles son espectadores en los escenarios por donde transitan los soldados. Frondosos y secos, erguidos y cortados, respaldo y sombra para descansar, obstáculo que retrasaba la misión. Ciertamente pueden verse como elemento de composición en la fotografía de Roger Deakins, pero en una historia donde los personajes avanzan sin respirar, el oxígeno viene del mejor proveedor.

En las primeras páginas de Adiós a las armas, la novela de Ernest Hemingway basada en sus años como soldado en la Primera Guerra Mundial, se describe un contexto muy similar a lo que vemos en 1917: la naturaleza, prados, llanuras, árboles y ríos, decoran la constante y amarga espera de saber qué hacer, dónde ir, cuándo disparar y replegarse.

Cerrar los ojos después de una misión, hasta abrirlos cuando llegue la próxima tarea. Una batalla que nadie gana ni pierde, sólo se libra.

Reseña de 1917 de Sam Mendes.

Dirección: Sam Mendes.

Guion: Sam Mendes, Krysty Wilson-Cairns.

Música: Thomas Newman.

Fotografía: Roger Deakins.

Reparto: George MacKayDean-Charles ChapmanMark StrongRichard MaddenBenedict CumberbatchColin FirthAndrew ScottDaniel MaysAdrian ScarboroughJamie ParkerNabhaan RizwanJustin EdwardsGerran HowellRichard McCabeRobert MaaserJohn HollingworthAnson BoonJonny LavelleMichael JibsonChris WalleyPip CarterPaul TintoAndy ApolloWilliam PostlethwaiteGabriel AkuwudikeJosef DaviesSpike LeightonAdam HugillBenjamin AdamsTommy FrenchMerlin LeonhardtJos SlovickJack ShallooElliot EdusahJacob James BeswickDaniel AttwellSamson Cox-VinellMichael RouseRichard DempseyPhil CheadleJonah Russell

AleAravena

Publicista porque quería hacer comerciales ya que era lo más cerca a hacer cine, sin estudiarlo y morir de hambre.